CÓMO HACER UN BUDDHA BOWL, EL PLATO COMBINADO DE MODA MÁS SALUDABLE
De pequeña me encantaban los platos combinados. Me parecía fabuloso poder probar diferentes sabores y texturas en el mismo plato. Y además, estaban en todas partes, en los restaurantes de la ciudad, en el bar del pueblo, en el sitio al que siempre íbamos con la abuela, etc., hasta en casa nos preparaba mamá un plato combinado y éramos felices.
Pero de mayor me di cuenta de que esos platos combinados que tanto me gustan habitualmente no llevaban los alimentos más saludables. Así que, con mucha pena, dejé de tomarlos.
Hasta que, ahora, por fin ¡el plato combinado se ha reinventado! Como todas las cosas que tienen éxito. Ha llegado el BUDDHA BOWL.
Es como un plato combinado pero con ingredientes saludables y nutritivos ¿podéis imaginar mi felicidad?
Evidentemente hay otras teorías sobre su origen. Una es que el propio Buddha comía en un bowl que sólo contenía ingredientes saludables. Otra está relacionada con la comida que tomaban los monjes budistas que vivían de los alimentos que les llevaba la gente, teniendo así una variedad de alimentos sencillos y sanos en el mismo plato. Y la más divertida hace referencia a que el buddha bowl se parece a la barriga del propio Buddha.
Su preparación es tremendamente sencilla y, sobre todo, nos va a liberar de la preocupación de si comemos verdura, cereales, legumbres, semillas, proteínas, etc., porque simplemente lo vamos a tomar todo en el mismo plato.
Preparación:
Tomamos un cuenco y en él ponemos los siguientes ingredientes:
1.- Vegetales crudos.
Que pueden ser lo que queramos o los que tengamos en ese momento en casa pero lo habitual son hojas verdes como por ejemplo un mezclum, canónigos, rúcula, espinacas, etc pero también podemos añadir tomate, zanahoria, pepino, etc.
2.- Cereal.
El que más nos guste. Para mí es idónea la quinoa pero también arroz integral, mijo, cus cus, etc
3.- Proteína.
Lo que más me gusta es ponerle legumbres como garbanzos, lentejas, etc. Aunque a veces también le añado queso, pollo, pescado o huevo.
Las versiones más vegetarianas le suelen añadir tofu o tempeh.
4.- Vegetales cocinados.
Sí, más vegetales, pero no es lo mismo porque esta vez son cocinados. Por ejemplo brócoli, judías verdes, berenjena, calabacín, pimiento, cebolla, etc. Todos los que quieras y del modo que más te guste, a la plancha, al horno, al vapor…etc.
5.- Grasas saludables.
Para mí es fundamental el aguacate porque le da una textura cremosa y un sabor suave. Pero también podemos optar por frutos secos (anacardos, almendras, nueces, etc. ) o semillas (lino, chía, calabaza, etc)
6.- Salsa.
El aceite de oliva virgen extra de primera presión en frío es el rey de los aliños. Aunque la variedad de aliños que podemos utilizar es infinita, hummus (de garbanzos, remolacha, berenjena, etc.) , tahini, tamari, limón, vinagres, ajo, especias, etc.
A primera vista puede parecerte un poco lioso pero, en realidad, una vez lo hagas te darás cuenta de que es muy sencillo. Te ahorra mucho tiempo y quebraderos de cabeza. Si tienes ya los ingredientes cocinados y guardados en el frigorífico solo tienes que combinarlos con lo demás y añadir el aliño.
Hoy en día muchos de los ingredientes ya puedes comprarlos cocinados como por ejemplo el cereal o las legumbres y las verduras también las venden ya cortadas y congeladas.
Si lo tienes previsto vas a tardar menos de cinco minutos en prepararte una comida completamente saludable, nutritiva y muy saciante.
Es un gran recurso para aprovechar tu tiempo, cuidar tu cuerpo y sentirte bien, ¿te animas?