LAS CUATRO TÉCNICAS INFALIBLES PARA FRENAR LOS PENSAMIENTOS TORTUOSOS Y PASAR UNA CUARENTENA EN PAZ
Con la llegada del COVID-19 nos han obligado a quedarnos en casa, a estar más con nosotros mismos y a mirar hacia dentro. Hay personas a las que les costará menos, sobre todo aquellas que ya lleven un trabajo personal a las espaldas, pero hay personas a las que les costará más, bastante más.
Hay gente que estará en casa acompañada, bien o mal, y hay gente que estará sola. Pero todos estamos, al final, conectados de un modo u otro y, en estos días en los que estamos más separados que nunca, se ve el esfuerzo de la gente por estar más conectada que nunca. Al final, nunca estamos realmente solos.
Pero a veces, encontrándonos sólo con nosotros mismos, podemos reconocer una voz en nuestro interior que no para de hablar, de preocuparnos, de asustarnos, de avisarnos, de alterarnos….
Es esa voz que nos recuerda que eso o lo otro puede pasar, que no estamos seguros, que alguien nos dijo algo que nos hirió, que nos preocupa tal o cual cosa ¿ya sabes cual?
Todos tenemos esa voz interior. Y hoy se oye más que nunca en nuestras cabezas, hoy, que nos hemos visto obligados a detenernos, a parar, a prestarnos atención, hoy es cuando se alza nuestra voz interior. Es un buen momento para echarle el lazo y dejar de ir por la vida a merced de nuestro miedo y nuestra preocupación. Tomar las riendas de nuestra mente. Es la gran oportunidad que nos está dando el mundo a la humanidad. De ti depende aprovecharla o, de lo contrario, seguir lamentándote y, cuando esto acabe, continuar como pollo sin cabeza por el mundo. Tienes el poder de elegir ¿Qué opción vas a escoger?
Recuerdo una frase que dijo un gran sabio:
“Que todo te sirva”
Esto quiere decir que incluso la adversidad más grande puede servirte para aprender algo. Que los problemas te pueden ayudar a crecer, los conflictos podrían esconder importantes lecciones de vida y las dificultades podrían convertirte en una persona más sabia y preparada. Si tú quieres. Si tú decides utilizar ese momento para aprender.
No quiero decir que ahora tengamos que convertirnos en sabios ni en monjes budistas, vamos a comenzar por algo más sencillo, el control de nuestros pensamientos tortuosos.
Vamos a centrarnos en esa voz que oímos en nuestra cabeza que no deja de preocuparnos, si somos capaces de darle su sitio y fluimos con ella, pasará a ser una voz más amable, será una voz que nos anima, que nos consuela, que nos reconforta, que nos da valor.
Todos nos hemos levantado en la típica mañana en la que nuestra mente no para de hablar y hablar y no de cosas precisamente agradables sino de lo que me hizo tal compañero de trabajo que me hizo sentir humillado, lo que me dijo mi pareja ayer y antes de ayer que me hirió, lo que me sucedió y me dolió, y una y otra y otra vez lo mismo…
Al final se nos agarra ese sentimiento de rabia, tensión, desesperanza, que nos aprieta las entrañas y casi sin darnos cuenta vamos por la vida sufriendo, con el estómago encogido y los dientes apretados, porque nuestra propia mente nos ha dado una buena dosis de tortura mañanera (o también puede ser vespertina según el caso) así sin venir a cuento, gratuitamente.
¡Que puñetera! Pero es que ella es así ¡muy puñetera! Es como una vieja que no para de avisarnos de las cosas malas del mundo, que nos recuerda todo lo que nos duele para ponernos continuamente en modo alerta, para prevenirnos y que no nos vuelva a pasar. Es muy, pero que muy, pesada y aparece cuando menos lo esperamos, nos pilla desprevenidos y nos machaca. Esto no podemos permitirlo más, así que lo primero que vamos a hacer es PILLARLA.
1.Pillar los pensamientos dolorosos recurrentes.
Esto no es fácil cuando no se ha hecho nunca antes. Cuando ya lo haces unas cuantas veces, créeme, te pillas con facilidad. Es como montar en bici, una cuestión de práctica pero cuando ya sales sin ruedines no hay quien te pare.
Una vez que identifiques esa voz que te esta machacando, ponle una imagen para identificarla con más facilidad la próxima vez, por ejemplo un viejo cascarrabias que no para de protestar, una anciana gruñona que se queja y se queja, una señora que no deja de hablar y decir tonterías, etc. A mi me funciona la de la señora anciana que no hace más que dar por saco, la llamo Dolores.
Y mi Dolores particular hay días que está más callada y días en los que me da un machaque que no veas, a mi generalmente por las mañanas, a otros sé que sus “Dolores” los atacan por las noches y les impiden dormir, la mía esto solo lo hace de vez en cuando, debe ser de las que se van pronto a la cama…. pero eso si, por la mañana me pega unos repasos que llego al trabajo baldada, no se si me comprendéis.
El caso es que la pobre Dolores no lo hace con mala intención, es su naturaleza, ella me recuerda una y otra vez las cosas malas que me han pasado, o las que me han dolido, para ponerme en alerta y que no me vuelva a pasar.
Esto es lo que tenemos que comprender, esa voz interior es nuestro sistema de alerta, nuestra querida Dolores (o como tu llames a la tuya) en realidad se está preocupando por nosotros.
Así que cuando tu Dolores te de la matraca, párate, gírate hacia ella y escucha lo que tiene que decirte.
2. Escuchar esa voz interior un momento.
Símplemente pregúntale directamente “A ver…. Dolores ¿qué te ocurre?”
Créeme, se va a quedar de piedra. Nunca antes lo habías hecho y no se lo espera.
Escúchala con atención, probablemente en ese momento su persistencia en tu cabeza ya baje un poco porque tu mente, o tu Dolores, no está acostumbrada a que la prestes atención, así que se va a quedar helada. Y entonces escucha atentamente lo que te dice ¿de qué tiene miedo? Qué esta tratando de decirte?
Siente su miedo, sus temores, su preocupación, dale un lugar en tu corazón. Ella trata de advertirte, escúchala con cariño, como quien escucha a una abuela que se preocupa.
Una vez haya terminado reflexiona con ella ¿esto que te da miedo está ocurriendo ahora mismo?¿crees que sirve de algo recordarlo en este momento?
Finalmente dale las gracias por haberte advertido, por preocuparse por ti. Dile que has prestado atención a todo lo que te ha dicho y que se lo agradeces de corazón pero que ahora vas a seguir tu camino con la mente despejada. Que tú eres una persona responsable y sensata y no tiene que preocuparse más por ti.
Si no te sale cómo hacerlo, te dejo unas frases que puedes leer. Así:
- Dolores, he prestado atención a todo lo que me has dicho.
- Gracias.
- Agradezco tu preocupación de todo corazón.
- Ahora no tienes que preocuparte más por mi.
- Soy una persona responsable y sensata.
- Continúo mi camino con la mente despejada.
Continúa con esto cada vez que te torturen los pensamientos, poco a poco Dolores irá callándose. Tu propia mente estará recibiendo la atención y la seguridad que necesita de ti mismo cada vez que cae en la inseguridad e irán remitiendo los pensamientos de miedo e incertidumbre. La clave es repetirlo cada vez que te asalten los pensamientos tortuosos.
3. Utilizar tu cuerpo para cortar el flujo de pensamientos.
Otra técnica que es muy utilizada para frenar los pensamientos repetitivos dolorosos es la técnica de asociarlo con un movimiento de tu cuerpo.
¿Eso que te preocupa te oprime el pecho? ¿Qué sensación se crea en tu cuerpo? Si pudieras ponerle una imagen ¿Qué forma tiene? Podría ser como una nube gris que se sitúa en tu abdomen, una presión en el pecho, una sensación de ahogo en la garganta ¿puedes sentirlo? Identífícalo con claridad para poder identificarlo enseguida cuando vuelva a ocurrir.
Ahora imagina que va desapareciendo poco a poco, ahora ya no está, lo estamos expulsando, y para ello podemos hacer el movimiento con las manos de cortar con tijeras, o chocar el lateral de una mano contra otra como cortando una tabla, o chasqueamos los dedos, o lo sacamos de nuestro cuerpo con las manos y lo lanzamos al aire. Como quieras recrearlo que te sea más liberador.
¿Cómo te sientes con la mente en silencio y sin esa sensación? Se que es difícil de identificar al principio pero puedes intentarlo varias veces y todo el tiempo que desees hasta identificar la sensación de paz ¿Cómo se siente tu cuerpo y tu mente una vez liberados y despejados? ¿podrías identificarlo con un movimiento? podría ser situando las manos con las palmas hacia arriba, o una mano sobre la otra en posición de calma, los pulgares hacia arriba, o realizar una respiración profunda.
Pues bien, cada vez que tu mente comience con los pensamientos recurrentes y sientas de nuevo la sensación desagradable, haz los dos movimientos:
- el de eliminar los pensamientos / sentimientos desagradables
- el de sentirte en paz.
Por ejemplo, hago con las manos el movimiento de cortar con tijeras los malos pensamientos mientras pienso “cortar, cortar, se acabó este pensamiento malo” y pongo mis manos hacia arriba y pienso “ya estoy en paz”
Tú puedes elegir el movimiento que más te funcione o puedes ir probando pero lo fundamental es, como siempre, repetir.
4. Escribir todo lo que te preocupa.
Es casi imposible enumerar los beneficios de la escritura. Entre otras cosas es una herramienta fundamental para desahogarte, para poner tus ideas en orden, para escuchar a tu alma y para deshacerte de todo lo que te preocupa.
Para soltar esos pensamientos que nos atormentan coge papel y boli o el ordenador y empieza a escribir sin preocuparte por nada, nadie va a leerlo, nadie va a juzgar nada de lo que escribes, solo escribes para ti.
Lo importante aquí es que sueltes todo sin mirar atrás, no importan las faltas de ortografía y no importa si te repites. No pares a releer lo que has escrito porque te hace perder la concentración, deja que las palabras salten de tu alma al papel sin retenerlas, escúpelo, vomítalo, eso es lo que hace que funcione.
Puedes empezar con un “Me siento agobiado por….” O “no paro de pensar en …..” y continúa.
Una vez sientas que es suficiente, déjalo ahí y sigue tu camino. Ahí quedan esos pensamientos, no es necesario que los lleves en la cabeza. Si tienes miedo de que alguien lo lea puedes quemarlos o destruir el papel en mil cachitos. O sencillamente tirarlo a la basura, ya no es necesario darle más vueltas.
Y finalmente, para las cosas que tenemos que hacer en el futuro y que nos están agobiando, una un truco es dejarlo anotado para ocuparnos de ello después, con esto engañamos al cerebro, lo dejamos tranquilo, ya que no es necesario que nos lo esté recordando una y otra vez, puedes escribirlo en una agenda de cosas para después, incluso si es algo que te preocupa puedes poner por ejemplo:
El martes a las 18:00 : “pensar en cómo solucionar esto”
Así que como después te vas a ocupar de esto, ya no es necesario que lo hagas ahora, te lo has señalado en el calendario así que estas ocupándote de ello, no necesitas que tu mente te lo recuerde una y otra vez.
Finalmente, solo una última cosa, vive el momento presente, disfruta el momento presente, no dejes que tu cabeza se pierda en el pasado o en el futuro, permanece todo el tiempo que puedas en el aquí y ahora y trata sobre todo de encontrar lo bello en este ahora, haciendo lo que sea que estes haciendo, beber una taza de café, estirar una sábana, tomar una ducha de agua caliente o incluso fregar un plato. Todo, absolutamente todo tiene algo bello, el sabor del café, la suavidad de la sábana, el agua caliente… el olor, el color, el sabor, el tacto, el sonido… eres capaz de apreciarlo. Disfrútalo. Vívelo. Siéntelo. Sé feliz.