Vida Sana

POR QUÉ ES MEJOR EL PAN INTEGRAL

¿Qué pasa con el pan integral? ¿por qué ha habido tanta polémica? ¿Cuál es la diferencia entre el pan integral y el pan blanco?

Te lo explico todo.

En nuestro país tenemos una gran tradición del pan. Comemos pan en forma de tostadas para desayunar, a media mañana con el pincho de tortilla, acompañando a la comida, en el bocadillo de la merienda y los más afortunados comen pan hasta con la cena, a pesar del mito de que el pan engorda.

Lo que ocurre es que, con la tendencia a la alimentación sana de los últimos tiempos, nos hemos dado cuenta de que el pan que habitualmente comemos, y el que te ponen en los restaurantes por defecto, no es precisamente el más sano, es pan blanco.

El pan se hace a partir del grano de trigo, esto todos lo sabemos pero ¿de que se compone un grano de trigo? El grano de trigo tiene tres partes fundamentales:

  • Salvado, que es la capa externa y se compone de fibra.
  • Germen, que contiene los nutrientes, las proteínas y los minerales.
  • Endospermo, que es fundamentalmente almidón.

A primera vista entendemos que el salvado y el germen son las partes que más beneficios aportan al organismo y son, precisamente éstos, los que se extraen del grano de trigo para hacer el pan blanco, es decir, que el pan blanco (de harina refinada) esta hecho prácticamente sólo con el endospermo y por eso tiene ese color blanco apetecible.

¿Por qué se hace así? El germen se elimina principalmente porque provoca que el pan se estropee antes y a la industria alimentaria le interesa que el pan dure más.

Además, el pan blanco ha sido más demandado en los últimos tiempos debido a su textura más fina, es decir, a la gente le gustaba el pan blanco.

Pero ahora los estudios recomiendan dejar de tomar plan blanco y consumir productos integrales dado que consumir el grano entero, esto es, integral, evita en un 17% la posibilidad de sufrir enfermedades cardiovasculares, respiratorias e incluso cáncer de colon y diabetes.

El pan integral conserva los tres elementos del grano de trigo, el salvado, el germen y el endospermo, posee todas las propiedades beneficiosas, fibra, nutrientes, vitaminas y minerales, y el pan blanco, sin embargo, es prácticamente almidón.

¿Qué ha ocurrido en los últimos años? Que la anterior legislación, del año 1984, permitía que un pan que se anunciaba como 100% integral llevase cantidades ínfimas de harina integral y el resto era harina refinada. Incluso, en gran cantidad de ocasiones, la harina integral no era ni siquiera integral sino harina refinada a la que se le añadía un poco de salvado. Un engaño en toda regla.

Un estudio de investigadores de Valladolid determinó que sólo el 35 % de los panes integrales vendidos en España estaban hechos completamente de harina integral.

El año pasado por fin entró en vigor la llamada LEY DEL PAN, mediante Real Decreto 308/2019. Esta Ley regula, entre otros, los siguientes puntos:

  • Es obligatorio que la harina integral usada sea 100% integral, es decir, de grano completo.
  • En caso de que un pan lleve harina integral debe especificarse en la etiqueta la cantidad exacta de harina integral que lleva.
  • En caso de que se anuncie como 100% integral debe estar hecho completamente con harina integral.
  • Se reduce el IVA sobre el pan integral del 10% al 4%.
  • Se reduce la cantidad de sal en el pan.

Todas estas mejoras son un avance importante para el consumidor, no obstante, lo recomendable es MIRAR LA ETIQUETA y comprobar que realmente es harina integral. Si lleva más de un 80 % de harina integral se considera un producto saludable. 

No nos fiemos del color, ya que, en ocasiones, se le añade al pan harina de centeno, que da un color más oscuro y por lo tanto una mayor apariencia de integral y el resto del pan puede estar hecho con harina refinada.

Además, debemos tener en cuenta que el pan que se anuncia “con cereales” no tiene porqué ser integral, puede estar hecho con harina refinada a la que simplemente se le han añadido algunos cereales. Debemos comprobar en la etiqueta que efectivamente está hecho con harina integral.

Y, para terminar, no nos olvidemos del resto de harinas, de espelta, de centeno, de avena, recordemos que han de ser integrales y tienen más nutrientes que la tradicional de trigo, es una buena opción ir probando y descubriendo nuevos sabores y texturas, a la vez que nos estamos alimentando bien y cuidando nuestro cuerpo.